20 octubre 2014

La dependencia al celular, ¿el inicio de un aislamiento?



La dependencia del celular se ha convertido en algo habitual en la sociedad moderna. Un usuario revisa su dispositivo de comunicación unas 150 veces al día, según un estudio realizado por TomiAhonen Almanac, especialista en telecomunicaciones.

¿Alguna vez ha dejado de revisar su celular por al menos una hora al día? Esa dependencia ha ocasionado que las personas pasen más tiempo revisando las redes sociales, como el Facebook, Twitter o whatsApp para subir fotos o vídeos, o simplemente para ver sus amigos actualizaron su estado o hicieron algún comentario. Esta situación está generando que la gente deje de lado las relaciones humanas, es decir, se está dejando de lado los diálogos en familia.
Haga un ejercicio para confirmar ese dato. Cuando esté en un restaurante o un café vea cuántas personas permanecen en silencio revisando el celular.

Escape de la realidad
El psicólogo, Nils Puerta Carranza, explicó que el individuo al utilizar indiscriminadamente este tipo de tecnología está inmerso en una dualidad, es decir, que hay momentos en la que el mundo real es muy cruel y agobiante. Por esa razón las personas se aferran al mundo virtual porque, en cierta manera, “puedes ser el dueño y señor de manipular las cosas”.
“Utilizo mi celular más que todo para distraerme un poco, ya que mi trabajo es un poco estresante”, indicó Mariela Rivera quien admite pasar varias horas al día revisando su teléfono móvil.
En ese sentido, el psicólogo dijo que el excesivo uso de la tecnología es como una droga para el ser humano, porque prefieren salir de la realidad del mundo, donde les obligan a hacer cosas, y acudir a escenarios ficticios que ofrece la tecnología.
Sin embargo, esto puede tener un efecto boomerang porque la persona puede llegar a confundir lo real y lo ficticio. “Lo que ha sucedido en Trinidad, por ejemplo, es una muestra clara de esta confusión (El asesinato de una mujer frente a casi 20 personas). Porque para ellos esa situación era como una película, es decir, preferían tener registrada la escena que acudir a auxiliar, es decir, había una ruptura de la realidad”, explicó.
Para Puerta, ese tipo de actitudes muestra que en la sociedad faltan los valores universales como el respeto, la solidaridad, la hospitalidad, “valores que están siendo suplantados por el individualismo”.

Selfies
El uso desmedido de las redes sociales refleja, en sus jóvenes usuarios, signos narcisistas. A este nuevo fenómeno lo han identificado como el síndrome selfie. Según un análisis publicado en el sitio web especializado en tecnología The Best Computer Science Schools.
El Diccionario de Oxford eligió el término “selfie” como la palabra del año y la define como la fotografía de uno mismo, captada con un smartphone o con una cámara web y que se publica en los medios sociales de la Red.
“Me saco selfies porque me gusta verme bien y que mis amigas comenten mis fotos”, dijo una estudiante de secundaria, Lesly Ortega.
Según el estudio, a los jóvenes que les encanta tomarse selfies, es decir, fotografiarse a sí mismos, suelen sentirse superiores a los demás, son egoístas, se irritan fácilmente y son incapaces de aceptar críticas. Se ha emitido la alerta de posibles padecimientos provocados (paranoia, depresión, celotipia) por una escasa aceptación, equiparable al rechazo.
Este miedo al rechazo hace que el individuo se menosprecie y este fenómeno se da debido al Marketing. “El individuo se menosprecia por las imágenes que se ven a través de los medios. Te muestran que una persona es buena cuando se ve bonita, una modelo por ejemplo, y una persona fea es mala – dijo Puerta- además que nos han ido inculcando o comercializando hasta la forma de ser feliz. Como ser feliz es tomarse una Coca Cola o ser feliz con un auto”.

El miedo al rechazo causa el Síndrome de Maléfica

El síndrome de Maléfica provoca las mismas reacciones del rechazo, la exclusión de un grupo causa angustia porque los seres humanos, como todas las especies, somos integrantes, la soledad equivale al fracaso.
“Soy curiosa y busco los detalles en las biografías de mis amigos. Pero también, me afectan los desaires”, dijo la estudiante de Contaduría Pública, Luz Alcazar.
Señaló que le exaspera encontrar fotos de reuniones a las que sus amigos no la invitaron, y en venganza los bloquea.

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