17 agosto 2015

Un niño recibe una prótesis hecha con una impresora 3D

Un niño francés de 6 años, que nació sin la mano derecha, se convierte hoy en la primera persona de este país que utilizará una prótesis realizada con una impresora de tres dimensiones (3D) de un costo de sólo unas decenas de euros.

Maxence va a recibir la mano ortopédica fabricada en el taller parisino del empresario informático Thierry Oquidam con un tipo de plástico similar al utilizado en los juguetes Lego y no le costará nada a sus padres, que han pasado para conseguirla por una red filantrópica de origen estadounidense, Enabling the Future.

"En realidad no es en absoluto una prótesis médica puesto que no tiene nada de las tecnologías de las últimas prótesis eléctricas" sino "una prótesis únicamente mecánica que funciona" con la parte móvil del brazo al que está ensamblada gracias a un velcro, explicó Virginie Contegal, la madre de Maxence, en declaraciones a la emisora "France Info".

Esos movimientos permitirán abrir y cerrar la mano artificial, cuyos colores han sido elegidos por el propio niño que vive en la localidad de Cessieu, en el departamento de Isère quien, al ser preguntado por "BFM TV" sobre qué espera hacer con ella, contestó -un poco intimidado-: "voy a jugar".

Maxence no podrá llevar a cabo gestos complejos, como los imprescindibles para atarse los cordones de los zapatos, pero sí abrir y cerrar los dedos.

Oquidam, por su parte, contó que ha ya fabricado cuatro manos para otras tantas personas en Inglaterra y Bélgica, y que tres de ellas eran niñas.

La impresora 3D (una Prusa 13) la compró el verano pasado por unos 500 euros y la realización de una prótesis de este tipo cuesta entre 50 y 200 euros.

Así, -destacó el fabricante- "son aparatos que pueden romperse y repararse. Es perfecto para niños" porque no hay problemas para sustituirlas cada poco tiempo conforme avanza el crecimiento o cuando se cae de forma fortuita y se fractura.

Para llegar hasta el producto final, primero descargó por Internet gratuitamente el modelo elegido para luego imprimir las piezas, capa por capa, en un proceso que se prolonga durante unas 24 horas.

A continuación hay que ajustarlas con tornillos y montar el resto del mecanismo, para lo que también se utilizan gomas e hilos, una fase que dura de tres a cuatro horas.

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