21 agosto 2013

El lado oscuro tras las creaciones de Steve Jobs al mando de Apple

De acuerdo a Joshua Kendall, autor del libro "America's Obsessives: The Compulsive Energy that Built a Nation" (Los obsesivos de Estados Unidos: La energía compulsiva que construyó una nación), el éxito de Apple se debe principalmente a que Steve Jobs era muy obsesivo al perfeccionar su creaciones.

Según su libro, Jobs era un obsesivo típico, y padecía de un trastorno que los psiquiatras denominan "trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad" (o TPOC).

El Instituto Nacional de Salud describe el TPOC como "una condición de salud mental en donde a la persona le preocupan las reglas, el orden y el control", frecuentemente se presenta en familias, pero los científicos todavía no están seguros si el trastorno se desarrolla por algo en los genes, algo medioambiental o una combinación de ambos.

Si bien la enfermedad es similar en nombre al trastorno obsesivo compulsivo (TOC), las diferencias entre ambos son claras: Una persona con TOC tiene pensamientos que no quiere e intervienen con su normal funcionamiento, mientras que las personas con TPOC son individuos altamente funcionales que están convencidos que su forma de pensar es absolutamente correcta, y quizás superior a la del resto.

"El TOC, en contraste con el TPOC, frecuentemente paraliza a las personas", le señaló Kendall a LiveScience. "Alguien con TOC tiene problemas para trabajar, pues pueden pasar horas cada día lavándose las manos para que estén perfectamente limpias. Esa persona no tiene energía para crear una compañía como Apple o volar y atravesar el Atlántico en un trozo de madera como Charles Lindbergh".

Steve Jobs, Lindberth y otros grandes personas de las historia fueron presentados en el libro de Kendall, en donde se presentan ejemplos de personas que lograron llegar a la cúspide de sus campos debido a sus obsesiones.

LA VIDA DE JOBS EN APPLE

"Jobs era un hombre difícil para trabajar" señaló en una entrevista con LiveScience Kendall. "Y frecuentemente gastaba su dinero cuando algo no estaba hecho bien, o sea, hecho a su manera".

"Su difícil personalidad fue la razón por la que dejó Apple en los ochenta", continúa el experto. Según el escritor, Jobs fue forzado a dejar Apple en 1985 por la mala reputación que se ganó con su estilo de gerencia mercurial y de mano dura.

De acuerdo a Kendall, otra de las evidencias que indicarían que Jobs era obsesivo, pese a que nunca fue diagnosticado con el trastorno, es que el CEO también tenía un trastorno alimenticio frecuentemente asociado con TPOC. "Luchó de forma intermitente con la anorexia, un trastorno asociado con un historial de trauma en la niñez. Si bien Steve Jobs tuvo suerte de que sus padres adoptivos era amables, parecía poseer algunas cicatrices de su adopción".

De acuerdo a LiveScience, hay evidencias en donde el TPOC ha ayudado a la evolución de la civilización humana. Un estudio del 2012 de la revista Medical Hypotheses presentó una investigación titulada "La teoría TPOC-TOC del comportamiento humano", en donde se establece que las personas con trastornos de déficit de atención e hiperactividad fueron importantes en el cambio de una sociedad de cazadores-recolectores a una sociedad agrícola. Según esta teoría, los granjeros más exitosos eran los más meticulosos y perfeccionistas, quienes ponían especial atención a la siembra.

Según concluyó Kendall, las personas con TPOC naturalmente brillan en ciertos cargos. "Los obsesivos trabajaban muy bien en el mundo del IT, de la Información Tecnológica. De hecho, las firmas tecnológicas como SAP están contratando gente con síndrome de Asperger, la cual es una condición análoga", señaló el escritor. "También les va bien en el deportes como el béisbol y el golf, pues ambos requieren hacer una misma cosa una y otra vez, tales como hacer un swing y golpear la pelota."

En su libro, el autor también presenta a otras figuras exitosas que cree llegaron allí gracias a sus obsesiones, tales como Thomas Jefferson, HJ Heinz, Melvil Dewey, Alfred Kinsey, Charles Lindbergh, Ted Williams y Estée Lauder.

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