21 julio 2016

Brazo robótico, el primero que saldrá al mercado



El brazo robótico más revolucionario tiene prevista la llegada al mercado a finales de este año. Con una combinación de motores, sistemas electrónicos y baterías, el brazo robótico Luke fue probado en 100 voluntarios, con más de 10.000 horas de uso y en la rehabilitación de 50 veteranos de guerra. Todas las pruebas fueron realizadas con éxito.

Este brazo robótico, creado por Dean Kamen, fue nombrado Luke en honor al personaje de la saga Star Wars, Luke Skywalker que utiliza un implante tras la pérdida de su brazo.

Este brazo robótico fue diseñado por la empresa norteamericana Mobius Bionics con la ayuda de la financiación de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados en Defensa de Estados Unidos (Darpa), durante una década. Este proyecto, denominado en un principio DEKA, recibió la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos norteamericana (FDA, por sus siglas en inglés), el año 2014 y podrán lanzarlo al mercado a finales de año.

¿Cómo funciona?

La prótesis Luke es un brazo protésico modular configurable dependiendo de la amputación. Utiliza unos electrodos que están colocados en el miembro apuntado del usuario para así recoger las señales eléctricas que proporciona su músculo. Así, cuando el usuario tensa de cierta manera, gira o flexiona el brazo, estos movimientos son captados y traducidos en movimientos por la prótesis. Por ejemplo, cuando se flexiona un brazo, la prótesis cambia de posición adaptándose al movimiento que el usuario quiera realizar. Este brazo es resistente a la lluvia y al polvo, por lo que puede usarse fuera de casa.

El brazo Luke tiene un grado de flexibilidad y de movimiento mucho mayor que las prótesis clásicas, ya que permite al usuario llegar incluso a tocarse detrás de la espalda. Cuenta con cuatro motores independientes que le permiten sujetar diversos objetos tan pequeños como una uva o un cierre, y con distinta fuerza, al grado de sostener de manera firme pero gentilmente un huevo o un vaso de cristal.

Esto fue posible porque la mano también está equipada con sensores que, además de precisar la fuerza de agarre, retroalimentan al usuario del nivel de fuerza empleado. Los cuatro motores que incorpora la mano permitirán recoger con seguridad cualquier cosa, ya que los sensores en los dedos permiten aumentar la fuerza.

Por su diseño complejo y la combinación de diversos componentes, algunos analistas del sector estiman que será más costoso que los implantes creados con impresoras 3D, más simples y económicos.

Aunque el precio no fue develado, se le pronostica un costo cercano a los 100 mil dólares.


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