21 agosto 2011

Bajos precios promueven la compra de materiales pirata

En la gestión 2010 el daño por el mercado ilegal de la informática en Bolivia fue de $us 40 millones, según el estudio de la Asociación Software Libre

La piratería es un fenómeno mundial que afecta a países y empresas, aunque el mismo, sólo se puede entender en países pobres como el nuestro por la situación económica. Bolivia por ejemplo se ubica entre los tres países con mayor piratería de software de la región, según datos oficiales, según el último estudio de International Data Corporation (IDC) y Business Software Alliance (BSA).

Los entendidos en esta materia, consideran que la gente de estos países al no poder tener acceso a los softwares originales, por su alto costo en el mercado, se ve obligada a comprar productos “pirateado” y de esta manera perjudicar, sin darse cuenta a su país y a las empresas que venden el software.

Sin embargo, no solamente se piratean los programas de computación en Bolivia, sino también libros, música, películas, prendas de marca y otros.

PRECIO

La diferencia de precios entre productos legales y los originales es la causa principal para la “piratería”, que en nuestro país es un claro ejemplo donde la ilegalidad adquiere legalidad debido a la falta de mecanismos que frenen esa actividad comercial ilícita.

Se calculó que en la gestión 2010 el daño por la piratería informática era de unos $us 40 millones, según el gerente general de la Asociación Software Libre, el argentino Hernán Alberti, suma que multiplicada por tres alcanza la cifra de $us 120 millones, debido a servicios asociados.

En la pasada gestión también se estima que en Bolivia, el daño económico, por la venta de libros ilegales sumaron $us 10 millones En el país, la venta de este material se realiza de descaradamente, aunque existen sanciones, que no se aplican.

Según la Business Software Alliance (BSA), muchas personas caen en la piratería sin saberlo; un estudio estableció que, el tipo de piratería más común es la compra de una licencia para un programa e instalarla en varias computadoras; el 60% de la gente cree que hacer esto en el hogar es legal, y un 51% cree que es legal si se hace en el lugar de trabajo.

Una encuesta realizada, por la BSA, a más de 15 mil usuarios de PC en 32 países estableció que un 70% cree que se debe premiar a quienes innovan en el mundo del software y un 80% dice valorar el software legal por ser más estable y seguro.

INCONTROLABLE

La ex ministra de Culturas, Zulma Yugar, aseguró que, al igual que el narcotráfico no es posible controlar la piratería; si los países industrializados no lo hacen, en Bolivia las cosas son más difíciles para quienes pretendan frenar la piratería, sea: cinematográfica, fonográfica, literaria y de marcas y patentes, expresó.

“Es como una enfermedad que ha contagiado a casi todos los países, se tornó en algo incontrolable; algunos justifican su práctica porque necesitan obtener ingresos económicos para el sustento de sus familias y estos son los que comercializan estos productos al público”, anotó.

Afirmó que mafias transnacionales manejan este negocio, la ruta de ingreso es la frontera: con Paraguay, Argentina, Perú, además, en El Alto, existen lugares dedicados a la producción ilegal de discografía musical, cinematográfica y de software.

Las discográficas no pueden competir con el precio de los piratas; un DC legal cuesta entre Bs 50 a 70, se compra música en MP3 a un valor de Bs 3,00, conteniendo hasta 200 temas musicales de uno o varios artistas, explicó Yugar.

La empresa Heriba tuvo que cerrar, Lauro está con dificultades, aunque todavía muestra producción nacional; los artistas a veces se lanzan como empresarios, se ven sorprendidos porque antes de concluir la grabación, en el mercado los piratas ya ganaron espacio.

COMPETENCIA DESLEAL

El administrador de la Librería Academia, considera que la piratería literaria constituye una competencia desleal y desigual, y resulta un perjuicio en los costos de operación, porque un libro pirata está en un 50% menor al original que se vende en un negocio legalmente establecido.

Quienes venden “libros pirata”, obtienen significativos ingresos, sin tomar en cuenta los gastos que tiene una librería, como es el pago de: elevados impuestos que encarecen los libros, salarios al personal de apoyo, alquiler.

Considera que al margen de los vendedores de libros pirata están las fotocopiadoras que se hallan en el sector de las universidades que sacan copias por valores mucho más bajos a los de los libros ilegales.

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