23 enero 2011

“Tupac Katari”, ¿Un espía en el espacio?

POLÉMICA   |   Para unos necesario, para otros un derroche. El lanzamiento del satélite “Tupac Katari” se ha vuelto a poner en agenda. Sus detractores aseguran que el gobierno está mintiendo respecto de su costo y sobre las verdaderas intenciones detrás de su lanzamiento.
Desde 2008 que la idea de contar con un satélite propio en el espacio, comenzó a gestarse en la cabeza del presidente Evo Morales. Puede pensarse que ya se ha dicho todo acerca del ahora famoso satélite ““Tupac Katari””, que en dos años más se lanzará al espacio si todo sale como lo tiene previsto el gobierno, pero el hecho de haber acompañado a su homólogo venezolano Hugo Chávez a presenciar el lanzamiento del satélite Simón Bolívar de ese país desde la plataforma china de Xichang, no ha sido pura casualidad para que el asunto de tener un satélite de propiedad boliviana, se convirtiera en una prioridad para Morales, aunque muchos todavía no entienden por qué.
Para el analista y periodista Humberto Vacaflor, los problemas sociales que nacen de la incapacidad de comunicaciones del país, y que son los que justifican el elevado gasto, podrían solucionarse si se alquilan transponedores baratos de los satélites domésticos latinoamericanos que ya existen, sin la necesidad de gastar tantos millones de dólares.
“Al Presidente le han contado chismes sobre los satélites. La verdad es que no sirven para rastrear territorios. Para eso están otro tipo de satélites geológicos. Tampoco sirven para estrategia militar; para eso existen satélites militares con funciones específicas que no son satélites sincrónicos (con el de comunicaciones) sino asincrónicos, es decir que no giran a la misma velocidad de la Tierra, sino con otros desplazamientos. Seguro que le han contado que se obligaría a todas las telefónicas, servidores de internet, canales de televisión, estaciones de radio y empresas que dan servicios de datos a usar el satélite “Tupac Katari”. Con esta medida el gobierno tiene todas las posibilidades de control, de colocar filtros, de escanear a sus opositores, a la gente que incomoda; se podrán pinchar fácilmente los sistemas telefónicos y se podrá controlar el flujo de datos, es decir tendremos una sociedad "espiada".
Ese es el objetivo del cual no hablan las autoridades de gobierno. El único aspecto positivo (de este satélite) sería dar la impresión de que Bolivia ha superado su nivel de postración”, explica Vacaflor.
Asesorado por su entorno, que le ha prometido muchas ventajas (como que un médico rural pueda comunicarse con un médico en la ciudad para que éste “dirija” una operación por internet), el Presidente ha decidido que vale la pena tener un aparato de 5.000 kilogramos, ubicado a 36.000 kilómetros de la tierra y a un costo de 300 millones de dólares. Es más, el presidente Morales está convencido de que este será uno de los mayores logros de su gobierno.
Bolivia pagará cada año 20 millones de dólares por el satélite de telecomunicaciones que será puesto en órbita entre el 2013-2014. El aparato espacial se adquirirá con un crédito chino de 251 millones de dólares. La vida útil del satélite es de 15 años.

¿POR QUÉ?
Según las autoridades bolivianas, el satélite tendrá gran importancia en las prioridades comunicacionales de Bolivia al acceder a la telecomunicación con la más alta tecnología para poder llegar hasta “el último rincón del país”. Comisiones técnicas de China y de Bolivia ya se han reunido para evaluar la infraestructura del país en telecomunicaciones.
Bolivia será el sexto país con satélite en Latinoamérica, luego de México, Venezuela, Brasil y Argentina. Los otros países, como Uruguay, alquilan espacios en los satélites de estas naciones. Las necesidades tecnológicas de este país marplatense, por ejemplo, ocupan el 10 por ciento de las capacidades del satélite venezolano.
Para lograr poner en órbita al “Tupac Katari”, el gobierno boliviano ha logrado autorización de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), con sede en Ginebra, para situar en el espacio al satélite, que es parte del proyecto entre el gobierno boliviano, el de China y la UIT y que será desarrollado por la empresa china Great Wall Industry. Los tres se encargarán de la construcción, lanzamiento y puesta en órbita del satélite de telecomunicaciones Túpac Katari, respectivamente.
De acuerdo al Viceministerio de Ciencia y Tecnología, Bolivia requiere aumentar las capacidades de conectividad en las regiones.
“Tener acceso a la teleeducación y telemedicina por Internet, sería un gran avance para el desarrollo. También hay necesidad de contar con la ampliación del servicio de telefonía celular en los pueblos. Nuestras necesidades van junto con la necesidad de proveer de energía, que también se ampliará paralelamente. Haremos que todos los pueblos tengan energía y allí donde no se pueda utilizaremos los sistemas eólicos”, ha comunicado esta entidad.
Siendo el sexto país con satélite propio en Latinoamérica, las autoridades aseguran que se tendrán ventajas en temas productivos, control de los efectos de los cambios climáticos, de la crisis alimentaria, financiera.

¿CÓMO?
Para manejar por todo ángulo al “Tupac Katari”, se ha creado la Agencia Espacial de Bolivia (AEB) a través del Decreto Supremo 423. Según el ministro de Obras Públicas, Walter Delgadillo, esta oficina será una institución pública descentralizada de derecho público, con personería jurídica propia y autonomía de gestión administrativa, que tendrá a cargo la ejecución del proyecto, en contraparte con China, para la construcción, lanzamiento y puesta en órbita del satélite de comunicación “Tupac Katari”.
La agencia tiene sede en La Paz y entre sus asignaciones está la de promover la transferencia tecnológica, la formación de recursos humanos y la aplicación de programas de comunicación satelital en educación, defensa, medicina y en detección de fenómenos climáticos.
Su directorio lo conformarán representantes de seis ministerios y estará bajo el mando de un Director General Ejecutivo, nombrado por el Presidente. La AEB será sostenida con recursos del Tesoro General de la Nación (TGN), préstamos y cooperación extranjera. El Ministerio de Obras Públicas presentará una terna para que el Jefe de Estado nombre a sus integrantes.
Los cargos que se desarrollarán por el manejo y mantenimiento del satélite y sus anexos estarán a cargo de ingenieros bolivianos que serán capacitados en China para construir las estaciones terrenas, para manejar el software y mandar señales.
El director de la Agencia Boliviana Espacial (ABE), Iván Zambrana, explicó que el beneficio del satélite lo sentirán más los pobladores del área rural, pues les llegará el servicio de televisión y telefonía móvil y la red internet también estará al alcance de todos.
“Hay que ver el satélite con una perspectiva amplia; llegar con comunicación hasta el rincón más remoto del país, estamos seguros que influirá en todos los ámbitos de la telecomunicación. El servicio elevará significativamente el nivel de vida en lugares donde no existen las facilidades que se dan en las ciudades”, dijo.
En diciembre del 2010, ejecutivos de la empresa china Great Wall Industry y Zambrana, firmaron el contrato comercial para la construcción y puesta en órbita del satélite Túpac Katari, a ejecutarse en 36 meses. El crédito, a la par de la construcción del aparato espacial, regirá cuando la Cámara de Senadores sancione el convenio de la deuda con el Banco de Desarrollo de China.
Según el Gobierno, de los 251 millones de dólares, 130 se destinarán a la construcción del satélite, 70 para el lanzamiento y el seguro, 45 millones, para el primer año en órbita y el resto del financiamiento irá a las estaciones terrenas de control y el entrenamiento de los 70 ingenieros bolivianos que viajarán a China.

¿POR QUÉ NO?
Pero existen quienes aseguran que Bolivia no está para gastar 300 millones de dólares en un aparato con tan poco tiempo de vida útil, y que sería más rentable alquilar un espacio, como hace Uruguay en el satélite venezolano, y gastar ese dinero en prioridades como la construcción de carreteras, por ejemplo.
El experto Max Torres Garay opina que el Gobierno habla de invertir 300 millones de dólares en un satélite (que incluye lanzamiento y construcción), pero no dice el costo del centro de manejo del satélite que será, a la larga, un "centro de control y espionaje" de los que usen o manden sus mensajes vía el satélite gubernamental. El Gobierno tampoco habla del costo de los ingenieros espaciales ni las estaciones terrenas que deben construirse. No calcula el costo del seguro ni el pago de cuotas internacionales y ni se imagina el precio que pagará por el software necesario.
Por su parte, Humberto Vacaflor explica que todos los países que tienen satélites domésticos colocan simultáneamente dos satélites, uno que entra en funcionamiento y el otro que está listo para cualquier emergencia por desperfectos o daños espaciales imprevisibles.
“Por eso la inversión exacta es de dos satélites que alcanzan a 600 millones de dólares. Héctor Arce Zaconeta (hoy presidente de la Cámara de Diputados) reconoció la compra de los dos satélites”, dice Vacaflor, al añadir que el tiempo de uso sin problemas de un satélite alcanza a diez años, es decir que por cada año se estarían pagando 60 millones de dólares.
“El gobierno miente cuando dice que se pagará dos millones de dólares anuales por alquiler de transponedores. Para Bolivia se necesitan no más de tres transponedores. Todo satélite tiene la posibilidad de contar con un promedio de 20 a 30 transponedores. La pregunta lógica es: ¿Qué haremos con 17 ó 27 transponedores? ¿Los alquilaremos a otros países? Venezuela está rogando para alquilar en su propio satélite que tiene serios problemas”.
Las autoridades bolivianas aseguran que por lo menos la mitad del espacio satelital va a poder ser utilizado comercialmente, alquilándolo a otros países, y que de esa forma el satélite se pagará a sí mismo. El gobierno calcula que en siete años el satélite se pague solo y que los otros siete años serán de ingresos al Estado. Se espera captar $us.-13 millones al año, y una solución de varios problemas de comunicación y por ende, de impacto social.
Lo curioso, dijo el periodista, es que el proyecto del satélite del que se habló bastante a principios del año pasado, pero que parecía archivado por razones de sentido común, fue relanzado casi con apuro por el Presidente.
Para muchos esto se debe a que los proveedores chinos exigieron que se cumpla el compromiso, sobre todo si ellos ya pagaron las comisiones estipuladas.
Este renacer del proyecto se produce cuando las cifras sobre el estado de la economía nacional son más que preocupantes.
Datos del “Tupac Katari”
- El satélite “Tupac Katari” tendrá instalados 30 transformadores, que repetirán las señales que reciban de la tierra y las difundirán a zonas geográficas de la tierra. Llevarán la señal a parte del continente sudamericano, pero cubrirán la totalidad del territorio boliviano.

- En 36 meses el satélite será construido y lanzado al espacio, listo para recibir y emitir señales.

- Se calcula que en tres años el satélite estará prestando sus servicios en Bolivia y Latinoamérica, mediante dos estaciones terrenas ubicadas en la zona de Pampahasi, al este de La Paz, y La Guardia, en Santa Cruz (este).

- Según el gobierno el propio satélite honrará el crédito porque es un proyecto autofinanciado con la venta de servicios. La capacidad será usada para proyectos en salud, educación, de la Policía, Fuerzas Armadas, proyectos de inclusión social donde se pretende llegar a 22.000 poblados que tienen menos de tres mil habitantes.
Las Órbitas Satelitales
Dependiendo de la finalidad de los satélites, éstos se ubican en órbitas de características especiales, como lo es el caso de aquellos que permanecen en la misma posición y que son considerados como "Geoestacionarios" (GEO). Estos satélites deben colocarse a una altura de 35.786 kilómetros sobre la tierra, a una velocidad de 11.038 km/hora sobre el Ecuador para permanecer en el lugar. Con esto se contrarrestan las fuerzas de atracción gravitacional y se impide que el objeto sea expulsado al espacio exterior.

Cualquier otra órbita menor, produce que el objeto no se mantenga en su lugar y que sea atraído por la fuerza de gravedad, lo que a la postre, al perder altura, produce su destrucción  por el choque con la atmósfera.

La Unión Internacional de Telecomunicaciones, organismo de las Naciones Unidas que regula el empleo mundial del espectro, en el Apéndice 30 del Reglamento de Telecomunicaciones de la ITU, indica quiénes pueden usar dicho espacio.

La mayoría de los satélites ubicados en órbitas geoestacionarias, son de compañías de comunicaciones transnacionales, que comenzaron al alero de Naciones Unidas, o los destinados a la meteorología y oceanografía.

El resto de los satélites son de órbita asincrónica, puesto que tienen un movimiento relativo con respecto a la tierra, es decir no mantienen su posición con respecto a un punto en la superficie. (projusticia.org)

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