La explicación fue ofrecida ayer por el viceministro de Telecomunicaciones, Wilber Flores, y el director de la Agencia Espacial Boliviana, Iván Zambrana.
“No son útiles para otras aplicaciones, por ejemplo para observar recursos naturales y meteorología, para los que normalmente se usan satélites de órbitas más bajas que no llegan a superar los mil kilómetros de altura”, dijo.
El mismo Gobierno calificó a este década como la de la exploración en materia de hidrocarburos, especialmente petróleo, además anunció varias inversiones en el campo minero. Aquí el satélite no podrá tener ningún tipo de aporte.
“Éste es un satélite de telecomunicaciones, cualquier susceptibilidad de que pueda ser usado para espiar está fuera de todo contexto; los satélites espías están mucho más abajo”, precisó Zambrana.
El satélite boliviano estará ubicado a 36.000 kilómetros de altura sobre la superficie de la Tierra, su construcción debe comenzar en marzo para estar en órbita a fines de 2013 y funcionará durante 15 años.
Sus aplicaciones se ampliarán al rubro educativo; por ejemplo, en los telecentros que se encuentran en zonas alejadas del país, las cuales podrán disponer de internet, señal de televisión y telefonía a bajos costos.
La Policía, la Aduana Nacional y las Fuerzas Armadas, ubicadas en las fronteras, también podrán beneficiarse.
En el caso del contrabando de carburantes, la Aduana podría colocar un chip a los cisternas que transportan combustibles, para ser vigilados mediante señal satelital.
La inversión para esta infraestructura espacial es de 300 millones de dólares, de los cuales 45 saldrán del Tesoro General de la Nación (TGN) y los restantes 255 de un crédito del Banco de Desarrollo Chino.
Según el Viceministro de Telecomunicaciones, la deuda será cancelada en tres años con las propias ganancias que genere el satélite que brindará servicios a empresas operadoras en el rubro de las telecomunicaciones.
Más del satélite
# Contrato Compromete pruebas de lanzamiento y el periodo inicial en órbita, entrenamiento de 70 profesionales, transferencia de tecnología, soporte a la operación inicial por dos años, y edificaciones de telepuertos o estaciones terrenas de telecomunicaciones en Santa Cruz y La Paz. También implica la garantía en caso de un accidente tras su lanzamiento.
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