14 julio 2013

Así es la receta de Estonia para ser una potencia tecnológica

En este pequeño territorio, parte de lo que fuera una vez la Unión Soviética, programar es algo divertido, algo de moda, una asignatura que se enseña a los niños desde la infancia.

A los siete años las escuelas de Estonia ya enseñan a sus alumnos a programar computadoras y el país es uno de los más dependientes de internet en el mundo.

La ‘i-revolución’ de Estonia empezó en los años 90, no mucho después de la independencia del país. Toomas Hendrik Ilves, entonces el embajador del país en Estados Unidos y hoy presidente de Estonia, se adjudica parte del mérito.

Hay una historia que Hendrik no se cansa de repetir sobre su estadía en Estados Unidos, donde leyó un libro en el que se hablaba de cómo el auge de las computadoras supondría la muerte del trabajo.

El libro hablaba de una planta de producción de acero en Kentucky, donde miles de trabajadores fueron despedidos debido a la automatización. Los nuevos dueños podían producir la misma cantidad de acero con solo 100 empleados.

De la angustia a la luz

“Esto puede que sea malo si eres estadounidense", dice Ilves, "pero desde el punto de vista de un estonio, donde existe una angustia existencial por el pequeño tamaño del país (solo teníamos entonces 1,4 millones de habitantes), me dije que era exactamente lo que necesitábamos".

"Necesitamos informatizar, de todos los modos posibles, para incrementar nuestro tamaño funcional", pensó.

Así fue como Estonia pasó a convertirse en I-Estonia, bromea Ilves. Y con la ayuda de las inversiones del Gobierno para respaldar la tecnología, canalizada a través de la Tiger Leap Foundation, todas las escuelas estonias tenían presencia de internet a finales de los 90.

A través de esta fundación se enseña programación a los alumnos de secundaria, pero los últimos proyectos introducen esta materia a niños de más temprana edad; a la edad de siete. Hasta el momento ya se ha entrenado a 60 profesores para enseñar durante los próximos cuatro años.

En una escuela cercana a la capital, Tallinn, niños de 10 años diseñan sus propios juegos de computadora bajo la supervisión del profesor de tecnologías de la información y comunicación Hannes Raimets, un joven de 24 años.

“Enseñarles a programar los ayuda a desarrollar su creatividad y pensamiento lógico. Es divertido construir tu propio programa. Es su asignatura favorita en la escuela", afirma

PARA CONOCERLO

Productos e inversiones

1 El más popular de los inventos estonios a escala mundial es Skype, el servicio para llamadas telefónicas por internet que compró Microsoft.

2 Microsoft compró Skype en 2011 por $us 8.500 millones, pero todavía emplea a 450 trabajadores en su sede local, ubicada en las afueras de Tallinn.

3 Hay wifi público en casi todo el territorio nacional. Abrir un negocio en internet puede tomar 18 minutos.

4 Tiene dos récords: es el país menos religioso del mundo y el que tiene más libertad en internet.

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