23 abril 2017

Viva y BID inician millonario plan de reciclaje electrónico



Viva y el BID acordaron impulsar durante al menos tres años el reciclaje de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) en Bolivia a través del proyecto e-Waste, que cuenta con un financiamiento de $us 1 millón.

El acuerdo establece que la telefónica, a través de su brazo social, la Fundación Viva, ejecutará el proyecto en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz con un aporte propio de $us 500.000, un monto que será duplicado por el Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

“Este proyecto de reciclaje que es superinnovador es uno de los de ‘economía circular’ (de reincorporación de desechos en las cadenas de suministro) que estamos llevando a cabo en toda América Latina, pero es el primero que estamos haciendo en el sector de residuos electrónicos. Ojalá que se convierta en referente para toda la región”, afirmó Brigit Helms, gerente general del Fomin.

Tareas. “El e-Waste tiene por objetivo impulsar el uso responsable de los residuos electrónicos y eléctricos”, señaló a su vez tras la firma del acuerdo Juan Pablo Calvo, gerente general de Viva.

El proyecto consta de tres componentes: la creación y fortalecimiento de las empresas gestoras y operadoras de reciclaje de RAEE, la sensibilización y educación de la población y la generación de alianzas público-privadas con actores de la cadena de valor.

Con el primero se realizará un diagnóstico de la situación de las personas y empresas que trabajan con estos desechos para la posterior implementación de un plan de mejoramiento que incluya protocolos para la operación y desmantelamiento seguros de este tipo de residuos, además del apoyo en la comercialización de éstos y en los procesos administrativos. En este primer paso se tratará también de incorporar pequeños emprendimientos privados al sector.

Con el segundo se prevé que más de 1,5 millones de personas reciban información sobre las características de la basura electrónica, sus riesgos para la salud, la forma adecuada de recolección y los puntos de depósito.

El tercer componente se caracterizará por la generación de alianzas públicas y privadas con la finalidad de comprometer la participación de instituciones en el sistema de gestión de residuos electrónicos en las tres ciudades, así como para apoyar la redacción de políticas y normas públicas.

Los primeros resultados del e-Waste se verán en un año, indicó Claudia Cárdenas, directora ejecutiva de la fundación. “El proyecto tiene una vida inicial de tres años para ejecutar $us 1 millón. En un año podríamos arrojar los datos de las consultorías”, dijo.

“Lo que estamos haciendo ahora es acelerar los resultados” de las campañas de recolección de RAEE en el eje troncal “de manera más lógica, más estructurada. Vamos a tener mejores resultados que hoy”, subrayó Calvo, quien recordó también que en poco más de dos años la telefónica privada acopió 32 toneladas de desperdicios electrónicos.

“Este tipo de proyectos de economía circular es importante para el medio ambiente, pero también para la creación de oportunidades económicas para la gente”, sostuvo a su vez Helms.

2 millones de celulares se desechan al año

Alianza. Ejecutivos del BID y Viva en oficinas del banco internacional. Foto: Ignacio Prudencio

En Bolivia se desechan al menos 2 millones de celulares al año, calculó Juan Pablo Calvo, gerente general de Viva, una de las tres operadoras telefónicas más importantes del país. “Deben ser de 2 millones a 3 millones de teléfonos que terminan su vida útil y que deberían ser reciclados”, dijo.

Bolivia ocupa el undécimo puesto entre los países de la región que más basura electrónica generan con 45.000 t registradas en 2014 (1,15%), el primero es Brasil con 1,4 millones de t (35,9%), según el informe eWaste en América Latina elaborado por el Instituto para Estudios Avanzados de Sustentabilidad de la Universidad de Naciones Unidas (UNU-IAS) y la GSMA, que agrupa a casi 800 empresas de 219 países, entre ellas fabricantes de celulares, proveedores de productos y servicios tecnológicos y firmas de software.

Según el informe, cada boliviano genera en promedio 4,21 kilos de basura electrónica por año.

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