04 octubre 2016

¿ESPERAS TODO EL TIEMPO UNA LLAMADA? Maldición del celular



Conexión es una de las palabras más utilizadas en la actualidad debido a la invasión en nuestras vidas de las nuevas tecnologías de la comunicación. Hoy en día —para bien o para mal— parece más difícil desconectarse que conectarse… ¿En qué momento deja de ser beneficioso el hecho de conectarse para tornarse en una obsesión?
Antes, el teléfono servía para hacer y recibir llamadas; solo para eso. Ahora que han aumentado sus (positivas) prestaciones, aumentaron las (negativas) posibilidades de agobiarse; todo en la misma proporción.

¿Es usted alguien que está pendiente de la entrada de una llamada telefónica, de un mensaje de texto, de Whatssap o de uno del Messenger de Facebook, quizá? ¿Ve constantemente la pantalla del celular porque cree que su jefe, su pareja o su familiar lo buscará por esa vía? ¿Está todo el tiempo conectado/a, incluso fuera del trabajo?

Diferentes situaciones

Este fenómeno reciente, que llega de la mano de la tecnología, no es fácil de explicar porque tiene varias aristas, contextos y situaciones a tomar en cuenta.

La psicóloga Isabel La Fuente, que atiende a sus pacientes en Santa Cruz, aclara a ECOS que depende mucho del contexto, “si la dependencia al celular deviene de la 'nomofobia', es decir el miedo irracional a no estar conectado o disponible para cuando alguien me necesite; o si es solamente una situación específica y pasajera de la espera de una llamada importante”.

Luego, “hay personas que están pendientes de la llamada de su pareja, con lo cual el celular es solo una herramienta que trasluce una obsesión de fondo, probablemente una 'relación tóxica', y la necesidad de controlar al otro en el sentido de verificar que llame cuando creemos que debe llamar”.

La Fuente describe también el caso de alguien (generalmente una mujer, según un artículo publicado en El País de Madrid, donde se dice que la espera tiene 'rostro femenino') que aguarda una llamada que nunca llega, y que el deseo de que así sea haga que mire constantemente el celular. “Sucede también con personas que esperan una noticia, un empleo, un viaje, un cambio, etc.”, apunta la psicóloga.

Por último, identifica un grupo de personas afectadas por lo que se denomina el “síndrome de la vibración fantasma”, relacionado con la función de los celulares que vibran con una llamada o con la llegada de un mensaje. “Consiste en creer o sentir (falsamente) que el teléfono está vibrando constantemente y revisar si llegó un mensaje o llamada. Sucede por la modernidad, es decir, por las características de los teléfonos que vibran con cualquier alerta, y las personas que los tienen cerca al cuerpo, en el bolsillo por ejemplo, suelen sufrir de este síndrome fantasma. Es una especie de sensación falsa”, explica La Fuente.

En cualquier caso, alerta que “puede desarrollarse una dependencia al celular, una especie de obsesión por revisar constantemente el teléfono que deriva en acciones compulsivas, repetitivas”. Dice que esto puede ser momentáneo, temporal, situacional (por el hecho específico de esperar la llamada que no llega) o incluso algo más prolongado en el tiempo. Aunque, aclara también, “no he sabido de casos crónicos”. •

Síntomas físicos, psicológicos y sociales

Las personas que esperan de manera obsesiva una llamada telefónica o un mensaje en el celular pueden tener los siguientes síntomas:

FÍSICOS

Tendinitis
Cefaleas
Taquicardias
Trastornos del sueño

PSICOLÓGICOS

Ansiedad
Angustia
Rabia
Impulsos agresivos
Depresión
Rumiación de ideas repetitivas
Preocupación excesiva
Fantasías

SOCIALES

Aislamiento: La persona está más pendiente de la llamada que de la conversación o la interacción social que está teniendo, se distrae, no focaliza su atención, no sigue el ritmo de lo que está conversando y, entonces, se vuelve poco eficaz, poco productiva y aplaza actividades con el afán de esperar la llamada.

* La psicóloga Isabel La Fuente aclara que estos síntomas serán transitorios dependiendo del tiempo de duración de la dependencia y de sus motivos. Sin embargo, existe la posibilidad de que se prolonguen y deriven en algún trastorno o patología de carácter más bien crónico. Depende del motivo que haya generado la dependencia al celular, remarca la profesional consultada por ECOS.


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