09 agosto 2015

Subastas en redes sociales populariza un mercado de nueva dinámica

Las subastas on line, con muchos años de difusión a través de páginas especializadas en internet, ahora han sido popularizadas a través de las redes sociales, como Facebook y Whatsapp, con mucha acogida en Cochabamba y va tomando una dinámica única.

La subasta o remate es una venta organizada de un producto basada en la competencia directa, y generalmente pública, es decir, a aquel postor (comprador) que pague la mayor cantidad de dinero o de bienes a cambio del producto. El bien subastado se adjudica a quien más dinero haya ofrecido por él.

A diferencia de las subastas tradicionales en un lugar público, los actores en redes sociales se han dado modos para ofrecer las condiciones de seguridad y garantía, tanto para vendedores como compradores, claro que no resultan ser las más efectivas y siempre existe un margen de riesgo.

Este mercado inicia con la suscripción o colocar un “me gusta” a páginas especializadas en Facebook como “Subastas Cochabamba”, Subastas solo chicas”, “Subastas o Ventas Cochabamba”, “Subastas on line” y “Subastas Bolivia”, entre otras.

REGLAS En cada sitio el administrador de la cuenta establece las reglas de participación.

1. Las subastas terminan una o dos horas después del primer comentario u oferta.

2. Cada publicación debe incluir una o varias fotos del artículo a ser subastado.

3. Al iniciar la subasta, el ofertante debe establecer el precio base.

4. En el caso de que el producto no sea nuevo, el que lo ofrece debe establecer el estado en que se encuentra el artículo, calificándolo del 1 al 10, es decir “estado 8/10”, por ejemplo.

5. El artículo es adjudicado al mayor postor y dentro del tiempo establecido.

6. Al finalizar, en el tiempo señalado el ofertante o vendedor se comunicará inbox, a través de un mensaje en Facebook o Whatsapp para acordar la hora y lugar de entrega.

Existen oportunidades en que el resultado puede ser muy alentador para el vendedor, pero nunca menos de lo que esperaba.

PROCEDIMIENTO Las subastas inician cuando el ofertante, ya sea el administrador de la cuenta o cualquiera de los suscritos, hace clik en el ícono “publicar” o “vender algo”, de inmediato le habilitará un espacio en el que deberá proporcionar la información básica: artículo que desea subastar, precio, indicaciones de recojo y entrega, descripción del producto o su estado, y una fotografía.

Entre los postores existen algunas estrategias como esperar hasta el último minuto e incluso segundo para establecer el precio mayor, asegurándose que no se tenga mayor competencia.

VENTAJAS Uno de los mayores beneficios de este sistema de comercialización es el número de compradores potenciales al que pueden llegar, entre 5 y 50 mil suscritos, lo que hace efectiva la venta del producto.

Otra de las ventajas es que cualquier persona que desee deshacerse de algún artículo que ya no usa puede venderlo a buen precio, ya sea nuevo o usado.

No importa cuál sea el producto siempre habrá un comprador ocasional o compulsivo ofreciendo su propuesta.

DE TODO En estos espacios se pueden encontrar artículos como un clip original para papeles desde 1 boliviano hasta celulares y vehículos.

No se necesita ser comerciante o alquilar un puesto de venta donde deba permanecer todo el día, pagando impuestos, servicios y empleados.

RIESGOS Sin embargo hay ocasiones en que el producto subastado no resulta lo esperado, la calidad, la talla o el estado no siempre son buenos.

La impuntualidad en la cita y la disconformidad al ver la calidad del producto, son los contratiempos más comunes en este tipo de subastas.

Frente a esto, la sanción más común es la difamación pública, con lo que la persona que incumplió los términos pierde toda credibilidad entre los futuros compradores que pensarán dos veces antes de participar de su subasta.

Antes fueron realizadas de forma presencial

Los tres tipos de subasta más conocidos tradicionalmente se realizaban de manera presencial.

La subasta en sobre cerrado, donde los postores presentan su oferta en una sola ocasión.

El otro tipo es cuando los postores conocen las ofertas de su competencia y pueden modificar la suya mientras la subasta está abierta.

La subasta Round Robin, se trata de una variante de la subasta con oferta cerrada que es utilizada primordialmente para la venta de inmuebles.

En esa modalidad, los interesados hacen sus ofertas en una bolsa cerrada y luego el subastador le comunica a los postores cuál es la oferta que se está adjudicando la subasta en esos momentos. Después de dicha comunicación, los participantes pueden superar la oferta máxima o abandonarla.

No existe un marco normativo que las regule

El mayor riesgo de participar en las subastas por internet, ya sea en páginas especializadas o cuentas en redes sociales, es que nadie se responsabiliza cuando se incumplen los términos convenidos. El control o regulación de esas operaciones por parte de una autoridad estatal sería importante, pero “no existe un marco normativo que regule estas operaciones”, según explicó el economista, Fernando Aldasoza.

En este sistema, la mayor garantía es el grado de confianza que va ganando la página, que muchas veces dependerá de la regulación que realice el administrador, reiterando siempre las reglas y depurando a quienes incumplan con las reglas.

Existen cuentas en redes sociales, en que los mismos administradores muestran los resultados de subastas, con compradores y vendedores satisfechos.

Esta garantía y “buena fe” al momento de realizar las transacciones a permitido que la tendencia de usar el internet y las redes sociales se popularice en todo el mundo.

Existen sitios en los que los usuarios pueden valorar su experiencia, lo que suma al récord de la página en internet.

Pero para Aldazosa, los beneficios son mayores a los riesgos. En estos sitios se puede, por ejemplo, encontrar un mercado mucho más extenso y las posibilidades de venta son mayores e inmediatas. “Antes para vender algo, sin ser un comerciante, debías publicarlo en un periódico, ofrecer a amigos y acudir a tiendas especializas en ‘todo de segunda mano’ o el thantha qhatu (mercado de cosas viejas).

Antiguamente se remataban esposas y esclavos cada año

La palabra subasta tiene raíces históricas lejanas y viene originalmente del latín sub asta, bajo lanza, debido a que el reparto de tierras conquistadas entre los soldados participantes se señalaba hincando una lanza en la parcela ocupada en suerte. Asimismo, la venta del botín de la guerra se anunciaba con una lanza y la venta se realizaba ante la misma.

Uno de los ejemplos históricos más famosos era el de la subasta de la esposa durante el imperio babilónico, la que se llevaba a cabo anualmente. La operación comenzaba con la subasta de la mujer más bella y luego se procedía una a una con las demás. Era de hecho un acto ilegal “obtener” una esposa fuera de dicho proceso de compra.

Igualmente eran famosas las subastas de esclavos durante el imperio romano los cuales eran capturados en campañas militares para luego ser subastados en el foro. Los fondos recaudados servían para financiar los esfuerzos bélicos del imperio.

A pesar de que transacciones como las anteriormente descritas habían tenido auge en sus respectivas sociedades, el sistema de venta basado en subastas había sido relativamente raro hasta el siglo XVII. Posiblemente la más antigua casa de subastas del mundo sea la Estocolmo Auction House (Estocolmo Auktionsverk), que se estableció en 1674, en Suecia.

A finales del siglo XVIII, poco después de la Revolución Francesa, las subastas llegaron a celebrarse en las tabernas para vender artículos de arte.

Dichas subastas se celebraban diariamente y los catálogos eran impresos para anunciar elementos disponibles que generalmente eran artículos de colección raros.

En algunos casos estos catálogos terminaron por convertirse en obras de arte que contenían infinidad de detalles sobre los artículos en subasta.


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