30 noviembre 2014

Los jóvenes salen a la ‘caza’ de internet en La Habana



Cada fin de semana numerosos jóvenes cubanos provistos de smartphones y tabletas se congregan alrededor de hoteles, embajadas y centros de negocios de La Habana para captar señales de internet y superar el control de las autoridades.

“Hay unos que ya tienen los códigos por amigos que trabajan aquí, pero sé que otros logran ‘crackear’ códigos con algunos softwares”, explica bajo anonimato un joven informático en el frontis de un edificio de negocios del oeste de La Habana.

En una callejuela al costado de un hotel vecino, otra estratagema está en marcha. Unos jóvenes digitan afanosamente en sus aparatos: están en línea gracias a la conexión compartida por el computador de un camarada instalado en la recepción.

En Cuba las señales wifi son muy codiciadas, debido a que internet es objeto de un estricto control y está reservado a empresas, universidades e instituciones. Solo unos cuantos privilegiados, principalmente periodistas, artistas y médicos, tienen derecho a poseer una conexión domiciliaria. En 2013, solo 3,4% de los hogares cubanos estaban conectados, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), que ubica al país entre los menos “conectados” del mundo.

No obstante, en junio de 2013 el régimen comunista de la isla abrió una pequeña brecha con la creación de un centenar de salas públicas. Pero a $us 4,5 la hora, sus tarifas son prohibitivas en un país donde el salario mensual bordea los $us 20 en promedio.

Restricción. Cuba es uno de los países más restrictivos del mundo en términos de libertad en internet”, destaca a la AFP Sanja Tatic Kelly, encargada de proyectos de la ONG estadounidense Freedom House, que publica cada año un informe sobre la “libertad de acceso a la red”.

“Más que recurrir a las sofisticadas tecnologías de filtro y bloqueo usadas por otros regímenes represivos, el Gobierno cubano limita a los usuarios el acceso a la información mediante la carencia de tecnología y precios prohibitivos”, señala la experta.

Las autoridades censuran de todos modos ciertos sitios (prensa y blogs anticastristas, pornografía, Skype), pero Tatic Kelly reconoce que “el número total de sitios bloqueados es relativamente bajo en comparación con lo que se practica en China, Irán o Arabia Saudita”. Del otro lado, los internautas locales también han encontrado la fórmula. Ellos recurren a programas fácilmente descargables que permiten ocultar la dirección IP de sus aparatos.

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