23 marzo 2014

Relojerías importan su mercadería desde Chile



Ante la disminución de la demanda de relojes de pulsera en la ciudad de La Paz, hay relojerías que ahora realizan un pedido menor a 100 unidades por mes. “Antes solicitábamos unas 100 piezas, pero ahora a lo mucho pedimos 40 porque es dinero dormido y no hay mucha afluencia en la compra de relojes”, explica Teresa Rivas, vendedora de la relojería Alameda, ubicada en El Prado.

En el caso de las pilas de estos artefactos, Rivas comenta que éstas todavía se siguen vendiendo gracias a las personas mayores que conservan sus relojes, pero la fabricación de las mismas decayó aproximadamente en 30%, de acuerdo con los cálculos de la comerciante. “La fabricación de pilas rebajó, pero no tanto así como de los relojes”.

Rivas informa que la mayoría de los administradores de relojerías en la urbe paceña, para obtener su mercadería debe ir hasta la ciudad chilena de Arica para comprarla, lugar al que llegan relojes de marcas como Casio, Citizen, Q&Q, entre otros, traídos desde Japón, Corea y China. Desde allí se realiza la importación hacia Bolivia.

La vendedora relata que en los últimos cinco años los relojes chinos se masificaron por ser más baratos. Por esta razón, ella optó por incluir estos productos en su tienda. “A la gente le atrae lo bueno, bonito y barato, por eso ahora yo también vendo relojes chinos; los clientes los buscan”.

Una menor duración

Si bien los relojes de marca presentan una caída notoria en sus ventas, los chinos son los más demandados en el mercado gracias a su precio accesible y pese a que su ciclo de vida no supera los cinco años.

El reloj de pulsera se popularizó desde 1908

Según el portal de internet blogderelojes.es, los relojes de pulsera nacieron a principios del siglo XIX gracias a los pilotos de aviación que utilizaban el accesorio de bolsillo y se lo ataban a la pierna o al brazo con una correa para calcular los rumbos, distancias y horas de combustible que tenían disponible para continuar en el aire.

Del mismo modo, los oficiales que participaron en la Primera Guerra Mundial, en 1914, necesitaban un método para comprobar el tiempo cuando se encontraban batallando, por lo que los ejércitos impulsaron la demanda de la producción en masa de los prácticos y serviciales relojes de pulsera.

ORIGEN. Louis Cartier es considerado el inventor de este reloj. El francés conoció a uno de los primeros pioneros de la aviación en París, Santos Dumont, quien el 19 de octubre de 1901 ganó el Premio Deutsch de la Meurthe; sin embargo, no supo de su victoria hasta que su amigo Cartier lo felicitó.

La frustración de Dumont era no poder controlar el tiempo de vuelo porque pilotaba con ambas manos sin poder sacar su reloj de bolsillo para saber el tiempo que pasaba con su nave en el aire.

Cartier quiso solucionar ese problema y junto con su maestro relojero, Edmond Jaeger, le obsequió al piloto un reloj de oro de caja cuadrada al que había ajustado una correa y una hebilla, especialmente diseñado para llevarlo atado a la muñeca. El diseño se popularizó y su demanda creció al punto de que Cartier empezó a comercializarlo desde 1908.

No hay comentarios:

Publicar un comentario