29 abril 2013

Un sistema para controlar smartphones y tabletas con el cerebro


La coreana Samsung es una de las empresas líderes en el sector de la telefonía móvil inteligente. Entre sus productos encotramos los famosos smartphones de la familia Galaxy S y los nuevos dispositivos Note.

Ahora la coreana quiere llegar un poco más allá. Según datos la firma se encuentra trabajando en un nuevo proyecto que podríamos enmarcar dentro del propio género de la ciencia ficción. El laboratorio de tecnología emergente de Samsung está trabajando en un proyecto para controlar tabletas y smartphones con el cerebro.

El laboratorio se acaba de asociar con un equipo de la Universidad de Texas, liderado por el profesor de ingeniería eléctrica Roozbeh Jafari. Ambos grupos investigan cómo controlar mentalmente los dispositivos móviles. ¿Su propósito? Desarrollar un sistema que permita a las personas con problemas de movilidad conectarse a Internet, realizar llamadas y gestionar cualquier otra tarea sin tener que tocar el dispositivo en ningún momento.

Es cierto que Samsung todavía se encuentra muy lejos de dar con la fórmula comercial que llevaría un producto de estas características al mercado. De momento, lo que tienen entre manos es una tapa repleta de electrodos que es capaz de monitorizar el funcionamiento del cerebro. El sistema conoce y reconoce los patrones de actividad cerebral que se ejecutan cuando las personas generan patrones visuales repetitivos. En una de las pruebas de este proyecto, los investigadores consiguieron abrir aplicaciones en sus tablets concentrándose en los iconos correspondientes y parpadeando a distintas frecuencias.

Lo que realmente preocupa a este equipo es el hecho de desarrollar sensores mucho más cómodos que los actuales. Actualmente, los electrodos funcionan a través del contacto húmedo y lo cierto es que su utilización es muy poco práctica. Habrá que ver si estos científicos son capaces de desarrollar un sistema de sensores secos y exportar su complejo funcionamiento a una fórmula que pueda convertirse en un producto comercial. Parece que no estamos muy cerca de verlo en el mercado, pero tampoco nos encontramos ante un imposible.

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