04 mayo 2012

La tecnología desarrolla teléfonos “fáciles”para los adultos mayores

Lo bueno, si breve, dos veces bueno. El refrán podría aplicarse también a teléfonos celulares y fijos dedicados a personas mayores. Sin embargo, no todos los teléfonos que se vendan para mayores y ofrezcan sólo funciones básicas son fáciles de manejar.

Botones demasiado pequeños o menús demasiado complicados impacientan a cualquier usuario de teléfono móvil. Pero, tratándose de personas mayores, es especialmente importante que el teléfono -fijo o celular- sea fácil de utilizar. Los adornos innecesarios sólo complican la vida.

“La mayoría de las personas mayores tienen un teléfono móvil sólo para pedir ayuda en caso de urgencia”, dice Nicola Bilstein, economista de la universidad católica alemana de Eichstätt. “Sólo unos pocos buscan estar siempre localizables, e incluso un mensaje SMS es para muchos algo ya demasiado impersonal”.

Pero, ¿qué tiene de especial un teléfono para personas mayores? “En un teléfono móvil, las teclas deben ser grandes y la pantalla bien legible”, dice Bilstein, resumiendo las exigencias más importantes de los entrevistados en su investigación. “Por otra parte, no debe tener necesariamente la apariencia de un teléfono para personas mayores, con grandes teclas”. Lo que se exige es precisamente algo intermedio entre la funcionalidad y el diseño.

“Algo se ha hecho ya en este sentido y, desde el punto de vista óptico, hay teléfonos para mayores decididamente más elegantes que hace dos años”, dice el experto Markus Eckstein, de la revista alemana “Connect”. Los primeros modelos parecían aparatos de hospital, señala, “pero esos toscos accesorios ya no existen o sólo escasamente”.

Precisamente para personas de edad, un teléfono debe tener una buena calidad sonora: “Lo importante es entender bien a la otra persona”, dice Bilstein. Personas con discapacidad auditiva exigen por añadidura que tanto el altavoz como el tono de llamada sean perfectamente audibles. Más aún, personas que lleven audífonos especiales deben cuidar la compatibilidad del teléfono.

Otras funciones son discutibles. “Hay quien quisiera una función de llamada de urgencia”, dice Eckstein. Muchos móviles para personas de edad disponen ya de un botón de urgencia. En la red alemana, cuando se pulsa este botón, el teléfono marca varios números sucesivamente hasta que alguien responde. Algunos teléfonos incluyen también adicionalmente el envío de un SMS. Si responde un contestador automático, algunos celulares detienen la llamada de urgencia. Por ello, se aconseja a familiares y amigos no usar el contestador automático.



En la compra de un aparato, más importante que las teclas grandes es el menú, que debe ser fácil de manejar. “No todos los fabricantes han desarrollado estructuras de menú fáciles”, critica Eckstein. Lo importante es tomar el aparato en las manos “y allí se ve rápidamente qué funciona y qué no funciona”, dice el experto.

Pero incluso los modelos más simples, sin un menú desarrollado especialmente pueden ser una alternativa.

“Con un poco de práctica se puede aprender a manejar un celular simple”. El especialista recomienda los teléfonos plegables, pues “en los teléfonos de una pieza, la pantalla y el teclado suelen ser demasiado pequeños” (Dpa).

Un anciano llega en taxi a su propio velorio
Un anciano de Guadalajara, México, sembró el pánico entre sus parientes cuando apareció en taxi en su propio velorio. En realidad velaban las cenizas de un desconocido entregadas a la familia por un error de la Cruz Roja, en cuyo hospital fue internado Rodolfo Becerra López, de 77 años, que padece demencia senil y olvida dónde vive, y de donde se escapó. El mismo día un hombre parecido a él fue atropellado cerca del hospital, el personal lo confundió y entregó el cuerpo a la familia errónea. El cadaver fue cremado y las cenizas se velaban en el hogar de la familia Becerra.


Quiso comprar un auto con 300 kilos de monedas
Un comerciante chino intentó comprar un coche nuevo en un concesionario de la ciudad de Xianyang, al oeste de China, pero la transacción no se realizó porque el hombre quiso pagar 300 kilos de monedas y en ningún banco aceptaron esta particular forma de saldar la adquisición. El hombre de apellido Wang estaba decidido a llevarse su nuevo vehículo. La sorpresa fue para el vendedor de autos, cuando Wang abrió la compuerta trasera de su furgoneta y comenzó a sacar sacos conmonedas de un yuan, 50 y 10 céntimos que sumaban los 60.000 yuanes, casi 8.000 dólares,

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