09 febrero 2012

Fabricados con fecha de caducidad

¿Por qué mi refrigerador, que sólo tiene tres años, se ha estropeado dos veces? ¿Por qué he tenido que comprar tres reproductores de Mp3 en los últimos años? ¿Por qué mi flamante ordenador, que me costó un dineral hace un par de años, va tan lento?

Todos nos hemos hecho estas preguntas alguna vez. Incluso hemos comparado los últimos productos con vetustas radios que utilizaban nuestros padres de jóvenes y que siguen funcionando perfectamente, mientras que lo “último” que hemos comprado recientemente funciona como mucho cinco años. Para responder a estas preguntas, no hay nada mejor que ver un documental llamado "Comprar, tirar, comprar", emitido por Televisión Española y que todavía se puede disfrutar de forma íntegra a través de su web.

¿Los nuevos productos son obsoletos? se profundiza en el concepto "obsolescencia programada", una estrategia utilizada por las grandes empresas de tecnología para incentivar el consumo.

"obsolescencia"

El concepto "obsolescencia programada" tiene como claro ejemplo, una bombilla podría estar diseñada para durar cien años, pero las empresas prefieren hacerlas con una vida estimada de mil horas, para vender más.

El ejemplo de las bombillas es paradigmático, pero también cuestionable, ocurrió durante la década de los años veinte del siglo pasado, cuando acordaron limitar la vida de una única bombilla a mil horas.

Baterías

Otro caso famoso es el de las baterías del iPod. Un grupo de abogados estadounidenses preparan una demanda conjunta contra Apple, la marca que fabrica estos reproductores, por considerar ilegal que la capacidad de la batería de este gadget decrezca considerablemente si es usado de forma intensiva durante un año, lo que obliga a sus poseedores a reemplazarla.

Por no hablar de las actualizaciones del sistema operativo de nuestro ordenador o de nuestro teléfono móvil.

medias nylon

En la década de los cincuenta del siglo pasado, se presentó un producto revolucionario: unas medias de nylon en las que no se producían "carreras" (o medias corridas), esos arañazos que deslucen a esta prenda, y que prácticamente las convertían en inmortales.

Tuvieron mucho éxito entre las mujeres de la época, pero desaparecieron misteriosamente del mercado.

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