09 agosto 2011

Bajo el mar . Los cables superan a los satélites

El primer cable submarino se tendió en 1850. hoy, el 90% de la información de internet circula por ellos. son tan frágiles que el ancla de un barco los destruye. Son pocas las empresas que tienen la tecnología necesaria para instalarlos



Texto: Eroski y Wikipedia Fotos: Página 13

Cuando un ciudadano de Tokio envía un correo a una serie de contactos suyos en Nueva York, Barcelona, Londres o Sao Paulo, espera que el mensaje llegue al instante. Pero esto no es algo mágico; el correo ha cruzado los océanos a gran velocidad por los haces de cables de fibra óptica que conectan los continentes entre sí. Estos cables se asientan en el lecho marino y su función es dotar de servicios de telecomunicaciones a grandes áreas. De hecho, cuando alguna catástrofe natural los rompe, los continentes se quedan parcialmente aislados.


Aunque los satélites de comunicaciones cubren parte de la demanda de Internet en el mundo, los cables submarinos suponen el grueso de las transmisiones realizadas a nivel planetario. Se calcula que aproximadamente el 90% del tráfico de Internet se transmite a través de los cables submarinos y el 10% restante mediante satélites. El problema de los satélites frente al cable es que la latencia (entendida como el tiempo de respuesta a una llamada) es más alta, además de tener una capacidad menor de transmitir datos a un coste significativamente mayor. Aun así, las comunicaciones por satélite son la solución mejor para algunos países subdesarrollados donde apenas existe infraestructura terrestre.


La red está formada, a grandes rasgos, por un conglomerado de computadores que están enlazados entre sí mediante satélites, radioenlaces, cables de cobre o enlaces de fibra óptica. Si hay una característica esencial en Internet es su universalidad y, por tanto, su conexión con, prácticamente, cualquier rincón del mundo; algo que no sería posible si no existiesen enlaces entre los cinco continentes realizados mediante los cables submarinos. Un cable submarino es un soporte físico de transmisión (en sus inicios, cables de cobre y, actualmente, cables de fibra óptica) que cruzan el lecho del mar y permiten la comunicación entre dos puntos bastante alejados entre sí.

DE INGLATERRA A FRANCIA
A mediados del siglo XIX, con la expansión del telégrafo, era necesario conectar puntos que estaban separados por el mar, por ejemplo, Inglaterra y Francia. Con tal fin, se tendió, alrededor de 1850, el primer cable submarino que cruzaba el paso de Calais que resultó un auténtico fiasco porque, al no estar blindado más que en sus extremos, la señal se deformaba mucho (por los rebotes) y, además, sufría retardos que la convertían en irreconocible. Afortunadamente, un pescador enganchó sus redes en el cable y terminó rompiéndolo, haciendo que los ingenieros de la época tuviesen que pensar en una mejor solución.


Entre 1851 y 1852 se tendió un nuevo cable, esta vez blindado (recubierto por una sustancia parecida al caucho llamada gutapercha que desarrolló Werner von Siemens), que funcionó bastante bien y que dio pie a que se tendiesen cables entre Europa y África pasando por las distintas islas y creando las primeras redes de telégrafos.


Pero el verdadero reto llegó al intentar unir Europa con América, lanzando un cable que cruzase el océano Atlántico. Tras dos millones de dólares en inversión, el 5 de agosto de 1858 se puso en servicio el primer cable submarino transatlántico, que unía Irlanda y Terranova (Canadá) y que a los once días transmitió un mensaje de la reina de Inglaterra al presidente de los Estados Unidos. Al mes del uso, el cable también falló y tuvieron que transcurrir ocho años hasta que el proyecto se retomase de nuevo. Hubo que diseñar un nuevo cable con un mejor blindaje, un hilo conductor mucho más grueso que el anterior y con mayor resistencia a la torsión y, al fin, en 1866 se puso en servicio el primer cable entre ambos continentes. A partir de entonces y hasta final del siglo, 15 cables cruzaban el Atlántico, sentando los cimientos de la gran red de cables submarinos que existen en la actualidad y que, a principios del siglo XX, ya sumaba un importante número de enlaces.


Al igual que ha evolucionado la forma que tenemos de comunicarnos, los cables submarinos han ido evolucionando tecnológicamente.
Los primeros cables estaban construidos con pares de cobre más o menos bien aislados pero al final, las señales sufrían elevadas atenuaciones a causa del mal aislamiento (por malas manipulaciones, defectos de fabricación, etc).
El perfeccionamiento de las cubiertas plásticas, poco a poco, fue mejorando este problema que se solventó cuando fue posible desplegar amplificadores de señal a lo largo del trayecto del cable.
En los años 60, conforme empezó a crecer la demanda de conferencias telefónicas internacionales, se comenzaron a tender los primeros cables coaxiales (que permitían transportar de 120 a 1.800 canales telefónicos analógicos) y, posteriormente, en los años 80, se comenzarían a tender los cables de fibra óptica que, actualmente, se siguen utilizando.

NO ES FÁCIL
¿Y cómo se despliega un cable submarino? El tendido de un cable submarino no es un proyecto sencillo, requiere de unos barcos especiales, los buques cableros, que conforme van navegando van abriendo un surco en el lecho marino y van depositando el cable del tendido (con sus amplificadores de señal cada 50 km) siguiendo una ruta previamente estudiada (normalmente, la más corta y recta posible teniendo en cuenta las irregularidades del fondo marino).


Teniendo en cuenta que la fibra óptica transporta haces de luz y que, por tanto, son inmunes a cualquier tipo de ruido (pero no a la atenuación), en estos trazados se introducen amplificadores que regeneran la señal para que pueda cubrir grandes tramos de distancia. Además, dado que la fibra óptica es de reducido tamaño, un cable submarino puede contener un elevado número de pares de fibra, con lo que la capacidad del enlace se multiplica bastante. Con los avances en fotónica y comunicaciones ópticas, pueden viajar múltiples señales a distintas longitudes de onda ¡a través de una misma fibra!.

Su fragilidad puede dejar incomunidados a millones

Los cables son el punto frágil de la cadena de transmisión de datos y suelen romperse con más frecuencia de la deseada. Muchas veces, un ancla que se arrastra por el lecho marino o un simple barco pesquero puede romperlo y dejar muy limitados los servicios de Internet y teléfono a varios países de la zona.

El corte de cinco cables submarinos en Oriente Medio y el Golfo Pérsico afectó a 60 millones de usuarios en la India, 12 millones en Pakistán, 6 millones en Egipto y cerca de 5 millones en
Arabia Saudí. El corte de cinco cables submarinos en Oriente Medio y el Golfo Pérsico, entre el 23 de enero y el 5 de febrero de este año, dejó en evidencia la fragilidad de las telecomunicaciones entre continentes, ya que del buen estado de estos cables depende el funcionamiento en Asia de Internet.
Afortunadamente la falta de conexión a la red fue inferior a 24 horas y la mayor parte del tráfico se redireccionó a través de otros cables.

Para evitar que todo un continente dependa de unos pocos haces de cables y a la vez satisfacer la creciente demanda de Internet en los países emergentes asiáticos, uno de los últimos cables que se ha tendido es el conocido como 'Unite', que ayudará a mejorar la conectividad entre Asia y Norteamérica. Este cable submarino tendrá una longitud de 10.000 kilómetros y enlazará la población de Chikura, en Japón, con Los Ángeles (Estados Unidos).


Ingenieros y científicos han desarrollado y están probando fundas de cobre que sustituirán a las fundas de plomo usadas hoy en día en los cables submarinos. Se espera que las fundas de cobre reduzcan el peso y el diámetro del cable, produciéndose cables más ligeros con un mayor voltaje y una mayor capacidad de transmisión.

El cable de fibra óptica que permitirá la conexión de Cuba al sistema mundial de telecomunicaciones ha comenzado su recorrido por el lecho del Mar Caribe. Desde Venezuela hasta la isla, el cable deberá extenderse por 1.600 kilómetros, en un proyecto valorado en más de 63 millones de dólares. Una vez conectada, Cuba dejará de depender de los satélites y tendrá una velocidad de transmisión de 620 Gigabytes, por lo que aumentará por 3.000 veces su capacidad de trasmisión de datos, voz e imáge


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